lunes, 12 de septiembre de 2011

Una de las cosas que busca comprender el curso es la condición humana, ahora bien, de ella no se puede hablar en abstracto o como un concepto fuera del tiempo o el espacio; esta se incrusta en contextos culturales específicos o en imaginarios. Aunado a ello, también buscamos repensar la relación oriente-occidente, pues generalmente cuando interpretamos el inicio del mundo moderno lo hacemos desde una perspectiva eurocéntrica y descartamos otros mundos posibles.


La imagen de Bellini, muestra el "otro" oriental imaginado por occidente, en ella aparecen

según el recuento de Jerry Brotton: mamelucos egipcios, "moros", turcos, persas, etíopes y tártaros; junto con personajes distinguidos de la Venecia renacentista. La imaginación de Bellini mezcla eclécticamente el mundo occidental con el oriental, y ellos se revela en las construcciones que son un híbrido de caracteres occidentales y orientales, por ejemplo: "las columnas, minaretes y pilares que configuran el horizonte son una mezcla de monumentos alejandrinos auténticos y otros debidos a la imaginación de los Bellini" (Brotton, 47).


El tráfico de productos del mundo oriental no sólo trae canela, seda, alfombras o cerámica, sino trae historias o imágenes, que son interpretadas o caracterizados por el occidente. La fantasía se apodera de las representaciones de Bellini, pues las construcciones son únicamente productos de su imaginario, pues no existe ningún modelo para este tipo de Iglesia que aparecen en el fondo, ella es una mezcla de iglesia, mezquita o todo a la vez, al final lo que construye es un híbrido de la Basílica de San Marcos en Venecia.


Para cuando Bellini hace el cuadro Alejandría había dejado de ser el puerto floreciente de la ruta de la seda, la ciudad espiritual que tuvo la gran biblioteca alejandrína, y donde llegaban eruditos de todo el mundo occidental. "En 1515 un cronista escribió: En aquella época ya no había grandes comerciantes en Alejandría, ni musulmanes ni cristianos. La ciudad se había precipitado en la decadencia como consecuencia de la tiranía del gobernador y de los recaudadores de impuestos (...) Se dice incluso que quien buscaba pan para comprarlo no encontraba nada". (Rose-Marie-Rainer Hagen, 162). Lo que puede deducirse entonces, es que el mundo oriental imaginado por Bellini había desaparecido, los "otros" orientales y la ciudad misma había desaparecido.


Libros de las referencias:


Brotton, J., El bazar del renacimiento. Paidós. Barcelona 2003.

Rose Marie-Rainer Hagen, Los secretos de las obras de arte. Tashen, Bonn 2005.

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